Hoy hace justo un año que empecé a meter recetas en este blog que comenzó mi marido en 2006. Me siento muy orgullosa, porque los que me conocéis sabréis que soy muy poco constante y que empiezo las cosas con mucha ilusión pero que me canso enseguida, así que, para mí, un año de blog demuestra que la cocina es algo que me gusta mucho, lo haré mejor o peor, pero 110 recetas en un año y con el nacimiento de mi hijo por el medio, no está nada mal. Además, desde mi comienzo hemos conseguido unas 12.000 visitas!!!
Para celebrarlo, y aprovechando que tenemos una celebración este fin de semana y que he quedado en llevar yo el postre, he hecho esta tarta de limón que espero encante a los comensales.
Ingredientes: 1 hoja de masa quebrada o brisa, 200ml de nata líquida, 200gr de queso de untar, 6 cucharadas soperas de azúcar, 1/2 sobre de gelatina de limón y la ralladura de un limón.
Para el lemon curd: 2 limones, 60gr de mantequilla, 160gr de azúcar y 2 huevos.
Elaboración: Empezaremos haciendo el lemon curd:
Ralla la piel de los dos limones evitando rallar la parte blanca para que no amargue. Exprime los dos limones y retira las pepitas. Pon en el vaso de la batidora el zumo de los dos limones, la ralladura de limón, la mantequilla a temperatura ambiente y los dos huevos. Bate bien con la batidora (es posible que el aspecto de la mezcla parezca que se ha cortado, no te preocupes, el contacto con el calor unificará todos los ingredientes y quedará una crema muy fina). Pásalo a un cazo y ponlo a fuego muy suave. Remueve todo el tiempo y cuando veas que espesa como unas natillas retira del fuego, cuela y ponlo en un tarro de cristal. Deja que enfríe y mételo en la nevera.
Ahora vamos con la base de la tarta: Pre-calienta el horno a 120º. Extiende la hoja de masa quebrada en un molde teniendo en cuenta que deben quedar los bordes elevados para que aguante después el relleno. Coloca una buena cantidad de garbanzos secos sobre la masa para evitar que suba durante el horneado. Hornea hasta que veas que coge todo dorado, sácala del horno y reserva.
Y por último el relleno de la tarta: Echa en una cazuela la nata liquida, el queso de untar, la ralladura de un limón y el azúcar. Coloca la cazuela a fuego suave y ve removiendo hasta que veas que el queso y el azúcar se han integrado bien con la nata y que ha quedado suave. Añade el medio sobre de gelatina de limón y remueve bien. Seguidamente rellena con esta mezcla la base de la tarta, con cuidado de no llegar al borde de la tarta porque aún quedará añadir el lemon curd. Deja que la base con el queso repose una hora al menos en la nevera antes de añadir el lemon curd. Pasado ese tiempo extiende con cuidado el lemon curd sobre tu tarta y decórala con una rodaja de limón. Reserva en la nevera hasta el momento de servir.
Esta tarta necesita unas horas de frío para que se asiente bien la mezcla y no se desmorone al cortarla, así que si la haces de un día para otro, mejor.
Ralla la piel de los dos limones evitando rallar la parte blanca para que no amargue. Exprime los dos limones y retira las pepitas. Pon en el vaso de la batidora el zumo de los dos limones, la ralladura de limón, la mantequilla a temperatura ambiente y los dos huevos. Bate bien con la batidora (es posible que el aspecto de la mezcla parezca que se ha cortado, no te preocupes, el contacto con el calor unificará todos los ingredientes y quedará una crema muy fina). Pásalo a un cazo y ponlo a fuego muy suave. Remueve todo el tiempo y cuando veas que espesa como unas natillas retira del fuego, cuela y ponlo en un tarro de cristal. Deja que enfríe y mételo en la nevera.
Ahora vamos con la base de la tarta: Pre-calienta el horno a 120º. Extiende la hoja de masa quebrada en un molde teniendo en cuenta que deben quedar los bordes elevados para que aguante después el relleno. Coloca una buena cantidad de garbanzos secos sobre la masa para evitar que suba durante el horneado. Hornea hasta que veas que coge todo dorado, sácala del horno y reserva.
Y por último el relleno de la tarta: Echa en una cazuela la nata liquida, el queso de untar, la ralladura de un limón y el azúcar. Coloca la cazuela a fuego suave y ve removiendo hasta que veas que el queso y el azúcar se han integrado bien con la nata y que ha quedado suave. Añade el medio sobre de gelatina de limón y remueve bien. Seguidamente rellena con esta mezcla la base de la tarta, con cuidado de no llegar al borde de la tarta porque aún quedará añadir el lemon curd. Deja que la base con el queso repose una hora al menos en la nevera antes de añadir el lemon curd. Pasado ese tiempo extiende con cuidado el lemon curd sobre tu tarta y decórala con una rodaja de limón. Reserva en la nevera hasta el momento de servir.
Esta tarta necesita unas horas de frío para que se asiente bien la mezcla y no se desmorone al cortarla, así que si la haces de un día para otro, mejor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario