Lo que más me está costando desde el diagnóstico de mi hija celiaca es conseguir un pan que sea tierno, que no se desmigue, que aguante bien y que le guste para el almuerzo. Bueno, pues parece que de momento nos quedamos con esta receta, la copié de un blog muy conocido de recetas sin gluten, y es que esto de innovar en la cocina sin gluten no es tan sencillo, así que vamos copiándo recetas unos de otros. Espero algún día servir de referencia a alguien, de momento, solo aprendo.
Ingredientes:
300ml de agua,
50ml de leche,
25gr de aceite de oliva,
20-25gr de miel,
1 cucharadita de azúcar para espumar la levadura,
1 huevo M,
12gr de levadura fresca Levital,
300gr de harina Proceli,
75gr de harina de arroz,
25gr de Maizena,
2gr de sal.
Elaboración: Templa la leche y añade la levadura y el azúcar, disuelve bien y deja que espume unos 5-10 minutos (si no espuma es que la levadura no está viva, así que deséchala y vuelve a hacer el mismo proceso). En un bol grande mezcla el huevo con la miel y el aceite y bate bien. Mezcla las harinas con la sal. Añade las harinas al bol y amasa durante 5 minutos. Deja levar una hora tapado con un paño y en un sitio alejado de corrientes (debe doblar el volumen, así que dependiendo de la temperatura tardará un poco más o menos). Desgasifica la masa. Ayudándote de una cuchara coloca partes de masa en moldes para muffins o simplemente sobre papel de horno en la bandeja. Alisa los panes con la mano mojada.
Si has precalentado el horno a 180º debes dejar levar los panecillos otros 254 minutos y después hornear 20-25 minutos. Con el horno sin precalentar mete las bandejas con los panecillos y sin levar hornea unos 25 minutos. Si quieres que queden más crujientes coloca una fuente con agua caliente al comenzar el horneado.
Salen unos 20 panecillos tamaño loncha de fiambre.
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