Hace unos días hice un bizcocho sin gluten para mi celiaquita, y como sobró un montón lo congelé por no tirarlo. Y pensando en como utilizarlo porque ocupaba mucho sitio en el congelador, se me ocurrió hacer un pudin de limón que con estos calores apetece bastante.
Ingredientes:
Un pedazo de bizcocho grande, o magdalenas o lenguas de gato (creo que con galletas también saldría bien, aunque no lo he probado todavía),
200 ml de zumo de limón.
400 ml de agua,
300 ml de nata líquida (ojo los celíacos, la nata para repostería o montar no lleva gluten pero la de cocinar casi seguro que sí),
100 gr de queso de untar,
8 cucharadas soperas de azúcar,
1 sobre de gelatina de limón
y caramelo líquido.
Elaboración: En una cazuela al fuego coloca el zumo de limón y el agua y lleva a ebullición. Cuando empiece a hervir añade el sobrecito de gelatina de limón y remueve bien hasta disolver. Retira del fuego y añade el azúcar, remueve bien. Añade poco a poco la nata sin dejar de remover. Añade por último el queso de untar y remueve hasta que se integre bien toda la mezcla. Prepara un molde (no es necesario que sea para horno porque este pudin no se hornea). Impregna bien el molde con el caramelo líquido y coloca una capa de bizcocho en el fondo, de un dedo de gordo aproximadamente. Ayudándote de un cacillo remoja bien el bizcocho con la mezcla de limón. Coloca otra capa de bizcocho y vuelve a impregnar con la mezcla anterior y lo que sobre añádelo por encima hasta terminar la mezcla. Reserva en la nevera y deja que enfríe toda la noche para que coja cuerpo. Aguanta varios días en la nevera.
Si quieres servirlo de postre en una cena también podrías montar toda la mezcla individualmente en cuenquitos y dejar en la nevera hasta el momento de servir. Puedes decorar con una hoja de menta o una rodaja de limón escarchado.
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